Culture shock

"Culture shock" es una expresión anglosajona que hace referencia al golpe emocional que te produce una cultura diferente a tuya cuando de repente de encuentras inmersa en ella. Yo no sufrí "culture shock" cuando llegué a Perú, y en concreto a Cuzco y el Vall Sagrado. Más bien lo contrario, me he sentido siempre como en casa. Es una tierra que me resulta tan familiar..., casi me atrevería a decir que más que cualquier otro lugar en el que he vivido.... Muchas vidas allí..., seguro.

Pero ha sido volver a una ciudad, en concreto a Arequipa, y toparme de bruces con el "culture shock".... Bajón.... Vale que no ayudó el hecho de que nuestro autobús se quedara tirado en la cuneta tres horas y media, a una hora de Arequipa, hasta que llegó otro bus que nos recogiese -una avería del motor, primera vez en 20 años de la compañía Cruz del Sur-, pero encontrarme en una tierra ajena, extraña, bulliciosa y caótica era tan distinto a Cuzco y el Valle....
Con un halcón, Killichu, el animal con el que más identificada me siento
Arequipa es una ciudad encantadora, vale que ha crecido mucho y descontroladamente en los últimos años, pero es un lugar donde la presencia colonial española dejó mucha huella, y andar por sus calles recuerda mucho a la arquitectura del sur de la península ibérica. En teoría debería resultarme muy familiar...., pero no....
Por fin llegué a mi hotel de Arequipa a media noche, y a la mañana siguiente, a las 8h, me iba otra vez, en esta ocasión a Chivay, en el cañón de Colca. Llega el bus a recogerme y resulta que mis compañeros para este tour son todos españoles... Pero me sentía extraña, ajena, me costó abrirme a ellos..., y mira que lo intenté... ¿qué me pasa? ¿Es que tengo pinta de gringa? ¿He perdido habilidades sociales? ¿Me he mimetizado con la cultura quechua?... Me sentí de bajón... En parte cansada, en parte con ganas de volver ya a casa, en parte no.... Desubicada... "Culture shock".

Subimos al altiplano y vimos un montón de vicuñas, llamas y alpacas (guanacos no porque son muy esquivos), y al majestuoso volcán activo Misti que protege a Arequipa, pero desde atrás... La pampa blanca dio paso a un altiplano aún más elevado hasta que llegamos a un paso a 5000 metros, desde donde se divisaba la cordillera que está detrás del valle de Colca. Salimos a hacer fotos....
El aire fresco y puro, las montañas, la roca... !!!! Otra vez me sentí en casa!!! Los Apus, mis queridos Apus, mi alma de halcón necesita de vuestra presencia....

Al final, el hermoso valle del río Colca se abrió frente a nosotros y Chivay al fondo. Vuelvo a sentirme bien, sentirme plena... Paramos a almorzar (comer) y todo el bus (sólo éramos 8) se sentó en la misma mesa. Éramos un matrimonio jubilado con su hijo de veintitantos, dos parejas jóvenes y yo. Por fin conseguí conectar con ellos!!!
Luego fui comprendiendo por qué me había costado conectar con ellos..., de hecho, lo mismo que me había pasado a mí les había sucedido a las otras dos parejas.... Nos habíamos sentido aislados de los demás... Resulta que la mujer de la pareja jubilada es de esas personas que no necesitan socializar tanto y que optan por autodefinirse ante desconocidos en base a las cosas que no le gustan, como si de esa manera dejase bien claro sus límites inquebrantables... Cuando rompí esa silenciosa barrera de desaprobación, enseguida conecté con todo el mundo... y disfrutamos el día que coincidimos juntos con muy buen rollo...

En Chivay, un pueblecito alejado de otras grandes urbes pero que en sí muestra bastante desarrollo como capital del valle del Colca que es, me di un paseo por las calles y la la Plaza de Armas, para luego subir a ver el planetarium con una de las parejas de españoles. Me encanta la cosmovisión andina y las constelaciones oscuras, aunque lástima que las nubes nos impidiesen ver el firmamento... Menos mal que tengo el Google Sky map....
Después cenamos en el hotel Pozo del Cielo (donde se hospedaba la pareja), y charlmos largo y tendido, muy entretenidos... La verdad es que lo pasamos genial.

Al día siguiente partimos temprano hacia la Cruz del Cóndor para ver a estos majestuosos pájaros elevarse mediante las corrientes térmicas en cuanto el sol empezaba a calentar el profundo cañón del Colca... De camino paramos en un pueblecito con una preciosa Plaza de Armas e iglesia, y un volcán en activo al fondo... Luego nos detuvimos en innumerables miradores para admirar la belleza del valle... Desde luego es un lugar precioso que merece ser visto no en un sólo día, sino en varios... Y además se ofrecen todo tipo de actividades al aire libre....
El Valle del Colca
Por fin llegamos a la Cruz del Cóndor. Un centenar de personas ya habían tomado posiciones a lo largo de las vallas y miradores... y a esperar. El aire estaba muy frío y solo de vez en cuando soplaba el aire como consecuencia del calentamiento del fondo del cañón... Esas condiciones no hacían presagiar un buen avistamiento de cóndores, pero tuvimos paciencia..., esperamos.... De repente dos hermosos ejemplares adultos aparecen, dan unas cuantas vueltas, surgen de golpe a 20m de mi posición, pero vuelven a desaparecer.... No llegué a poder tomarles una foto....
Esperamos...., esperamos mucho tiempo..., tres jóvenes de plumaje marrón surcaron logitudinalmente el valle... Al cambio de un tiempo, otros dos... Ya nos tocaba irnos..., pero el guía nos concedió otros 10 minutos más... Y fue entonces cuando vimos otras tres aves enormes subir y virar, recortadas contra el cielo azul con los nevados al fondo... ¡¡Hermosas!!
Valió la pena llegar ahasta allí!! Bueno, habría valido igualmente solo por ver el paisaje del Valle del Colca, pero además habiendo avistado el vuelo de los cóndores, el rey de los Andes,¡¡ aún más!!

Después de un delicioso y tradicional almuerzo en Chivay, mi despedí de mis amigos españoles, que continuaban hasta Puno y estaban en la parte inicial de su viaje. Un fuerte abrazo y seguro que nos vemos algún día por Madrid o por Jávea!!
El viaje de retorno a Arequipa fue agotador. Acostumbrada a la comodidad de los Toyota..., -había llegado a pensar que es la única marca que venden aquí-, la furgoneta Hyundai se me antojaba como demasiado dura, sobre todo por sus incómodos asientos, el viaje de tres horas parecía que fueran cinco. Tan baldada llegué al hotel de Arequipa -hay que decir también que la entrada a la ciudad es agobiante, congestionada y pasando por suburbios en una zona muy árida-, que ni la ducha ni el ibuprofeno que me tomé me aliviaron...

Salí a pasear ya de noche, y me di una vuelta por la bonita Plaza de Armas. Una zona con mucho encanto y con mucha reminiscencia española... Y por fin recalé en el Chica de Gastón Acurio para cenar un ceviche con vinito blanco peruano Tabernero (muy rico), y panecillos hechos de cereales locales... Un pequeño homenaje de despedida de esta tierra que me ha acogido durante casi un mes....
Hoy me daré una vuelta por la ciudad, para ver a la momia Juanita y el Monasterio de Santa Catalina, que me han recomendado, y por fin mañana vuelvo a España!! Tengo ya ganas de volver, pero en cierta manera, también quiero quedarme.... Veremos qué tal el "culture shock"....
Un cóndor adulto con el nevado detrás

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