Nada de hombrecillos verdes, talento Inka

Quizá se tenga la impresión de que el cuzqueño es relajado y tranquilo, pero nada más lejos de la verdad. Aunque son personas que básicamente son felices, son tremendamente activos. No corren, pero nunca paran. Son trabajadores, resolutivos, prácticos y constantes. Son orgullosos de su linaje Inca, pero son discretos. Ahora, cuando alguien especula sobre el origen extraterrestre de las grandes obras de ingeniería Inka, se enfadan.

Los Incas son una civilización que sólo duró 400 años como tal, pero en realidad son el resumen de varias culturas que habitaban en lo que hoy es Perú. Y como tal, sus orígenes remontan hasta el 5000 ac. Estos pueblos lograron, incluso antes que en Europa y África, grandes avances tecnológicos de ingeniería hidráulica y agrícola y en sus estructuras. De hecho los Nazcas realizaron cálculos empleando el 0 varios cientos de años antes que los árabes.
El hombre europeo tiene dificultad para comprender que alguien puede tener más conocimientos que él, y no se puede creer que hace tanto tiempo este pueblo fue ya tan avanzado y además no contaba con escritura. Pero así es, y su secreto es la necesidad y el trabajo comunitario.
Pisac

Hoy he visitado las terrazas de Pisac y de Ollantaytambo, magníficas construcciones de una altísima precisión, que demostraban el gran talento para la ingeniería de los Inca. Unas obras construidas con una lógica aplastante, totalmente adaptadas al terreno y las necesidades de alimentación. Las terrazas eran usadas para la experimentación agrícola. En ellas, al reproducir de manera controlada diferentes condiciones climáticas, se podían adaptar diferentes cultivos a diferentes alturas.
La agricultura para los Incas era lo más importante. De hecho era una sociedad pacífica que sólo se centraba en plantar cosechar y alimentarse. Los Incas vivían en la montaña porque para ellos el valle, el lugar más fértil, debía de ser aprovechado sólo para plantar cultivos. La biodiversidad de Perú es increíble. De los 118 ecosistemas que existen en el mundo, 105 se pueden encontrar en Perú, y 85 en el Cuzco. Se dice que el 60% de los productos agrícolas mundiales han tenido su origen en Perú.

Durante miles de años, las culturas pre-Incas vivieron más o menos en paz en una sociedad que, incluso a día de hoy, es paritaria y comunitaria, y tuvieron más que tiempo de sobra para desarrollar su tecnología de manera tan extraordinaria. Al no haber guerras, pudieron centrarse en hacer las cosas lo mejor posible. Por desgracia, el declive de los Incas comenzó con Pachakutec y su sed de poder, un concepto hasta entonces desconocido en este pueblo. El Inka se erigió en el defensor del pueblo contra los invasores, pero terminó oprimiendo e introdujo el trabajo forzado como tributo. Esto marcó el principio del fin. Un declive que se consolidaría en los últimos 100 años del imperio, los de su expansión, y en los que el comunitarismo fue sustituido por una dictadura comunista. (bueno, todo esto es la versión de algunos, que a veces se contradice con la de otros, y es que la historia de este pueblo aún alberga muchísimos misterios por descifrar).

El conocimiento técnico de los Incas también se puede observar en los muros inclinados que son totalmente resistentes a los terremotos. La piedra es tallada por un proceso de ensayo y error para que no sólo encaje, sino que además tiene la capacidad de descargar la energía de un terremoto sin dañar la estructura.
Gran parte del secreto de los Incas se debe al tipo de sociedad paritaria, donde la mujer es la administradora, y comunitaria, donde todos trabajan para todos y nadie tiene la propiedad de nada. Incluso hoy en día los hombres y las mujeres son iguales en todo, desde el trabajo en el campo hasta las labores del hogar y de cuidado de los niños. La organización social es comunitaria y el gobierno no obliga a pagar impuestos a los campesinos, ni a aquellos no especializados, quienes pueden construir su casa, con la ayuda de sus vecinos, en el perímetro de la ciudad, que luego el ayuntamiento se encargará de darles luz y agua.
También me ha llamado la atención lo importante que son los colegios. Incluso en el paraje más remoto hay un buen colegio. Y todos los niños van uniformados, aunque sean escuelas gratuitas. Otra cosa es la formación educativa, según cuentan algunos.

Por cierto, también a destacar es la habilidad al volante. "Manejan" increíblemente bien y son capaces de pasar por los lugares más estrechos, o no chocarse en el caos circulatorio que tienen. Un caos que creo que es positivo porque agudiza la respuesta y la coordinación del tráfico, pero en el que sobran los constantes pitidos (y la polución de motores sin catalizador). No toleran ni que un vehículo vaya más lento o se demore en un cruce, ya están tocando el claxón.

Y en otro registro, ayer visité las salinas de Mara y las terrazas de Moray. De camino vimos algunos de los grandes nevados, imponentes picos de más de 6000 metros de altura con nieve perpetua. Conecté especialmente con Sahuasiray y Pitusiray, complementarios y a los que los indígenas ruegan por la salud.
Luego de pasar por las salinas de Mara, donde las comunidades extraen la sal de un río salado que surge de la montaña, llegamos a Moray. Un centro de experimentación agrícola con una energía muy especial, muy fuerte. Donde cada solsticio de verano se realizan rituales, y donde la tierra se une con el cielo.
Moray. Impresionante.

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